Fuente: El Mercurio
Actualmente sólo está en operación Cerro Dominador.
Al ser proyectos de grandes inversiones, el gremio que los representa apunta a fomentar el protagonismo de estas fuentes en las próximas licitaciones.
Con el proyecto Cerro Dominador funcionando a plena capacidad, la generación de concentración solar de potencia busca abrirse paso en la matriz energética del país, y jugar un rol clave en la transición energética que se está viendo. Esto ante la mayor necesidad que tiene el sistema para llegar a un 100% de fuentes renovables.
Cristián Sepúlveda, gerente ejecutivo de la Asociación de Concentración Solar de Potencia, entidad que reúne a más de 20 empresas nacionales y extranjeras, explica que esta tecnología podría ayudar, por ejemplo, a reducir las cuentas de la luz, ya que hoy es más barata que la generación fósil, que representa la mayor parte de la matriz local.
No obstante, Sepúlveda explica que se requieren cambios normativos para impulsarla “de lo contrario tendremos centrales fotovoltaicas ofertando a las 6 de la tarde, donde no tienen recursos primarios. Necesitamos bloques horarios en que se privilegien bloques tecnológicos en las licitaciones, hay que dar la oportunidad de que las energías de base no compitan con las variables, porque en precio no da”.
En esta línea, el líder gremial destaca iniciativas como Likana Solar, que también pertenece al grupo Cerro Dominador, y que ya cuenta con los permisos ambientales correspondientes, que considera una capacidad de 690MW y que, a diferencia de las centrales renovables variables, podría venir a reemplazar a energías base, como lo son el carbón o el gas.
Sepúlveda adelanta que este proyecto participará de la próxima licitación de clientes regulados, buscando apalancar los más de US$2.400 millones que se requieren en inversión, para desarrollarla.
“Esta es una tecnología nueva, que se está volviendo cada vez más atractiva para los inversionistas, pero esta es una mesa de tres patas: la banca, los privados y el Estado, que es el que está fallando. Lo que hoy necesitamos es una normativa que permita poder reemplazar el carbón con energías continuas, de base, donde entran muchas tecnologías más allá de la CSP, como la geotermia o el bombeo”, asegura.
La propuesta de la Asociación pasa porque en los bloques de suministro en el segmento peak y en la noche se abran para energías de base y flexibles, pero no variables, como ocurrió en el último proceso, en el que hubo empresas generadoras fotovoltaicas que se adjudicaron estos bloques a precios históricamente bajos, pese a que en esos horarios no cuentan con el recurso primario (radiación solar).
Sepúlveda apunta a que la competitividad de la concentración solar será clave para reemplazar a las centrales fósiles, entregando además la seguridad y estabilidad que hoy entregan combustibles como el diésel y el carbón. “El costo marginal ha tenido valores peak por sobre los US$340 y a ese costo no hay bolsilo que lo pueda soportar, eso sin considerar los compromisos medioambientales. Entonces, hay que decidir cómo evitamos posibles apagones, mientras sacamos las carboneras, que en su conjunto representan 8GW de capacidad instalada”.
Respecto a nuevos proyectos, Sepúlveda adelanta que existen al menos dos iniciativas que se encuentran en etapas iniciales de desarrollo, con la elaboración de las ingenierías de detalle, a la espera de la realización de la próxima licitación de clientes regulados por parte de la Comisión Nacional de Energía.
Explica que hay posibilidades de atraer nuevas inversiones, pero que se debe trabajar en la institucionalidad necesaria. “Hay inversionistas que quieren desarrollar la CSP y se espera que haya un impulso muy grande entre 2025 y 2027, están en marcha iniciativas en países como Namibia, Sudáfrica, Portugal, España o China”, sostiene.
Otra de las características que destacan desde la Asociación tiene que ver con la generación de empleo que se produce con este tipo de proyectos, en torno a los 3 mil puestos de trabajo en toda su construcción, con un peak de hasta 1.900, a los que se suman los trabajadores destinados a la mantención y operación. Junto con esto, Sepúlveda recuerda que la radiación del país es hasta 70% mayor que la que se encuentra en Medio Oriente, y que posee una atenuación atmosférica mucho mejor que la de otros lugares.