Según el jefe de la cartera, Claudio Huepe, el apoyo de la Unión Europea en esta materia es fundamental para poder sostener el proyecto ya que “la complejidad de las nuevas tecnologías es el mayor riesgo, el desconocimiento y aún hay cosas que aprender.
En el marco de su visita oficial a Chile, el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y Vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, junto al ministro de Energía, Claudio Huepe, visitaron el Cerro Dominador, la primera planta termosolar de América Latina.
“Chile lleva más de una década con el desarrollo acelerado de energía renovable y es muy importante que sigamos incorporando nuevas tecnologías, opciones de generación eléctrica y con innovación que aporte a la comunidad y el entorno. Estamos bastantes contentos con el proyecto”, indicó el ministro.
Ante la consulta sobre cómo impactará la instalación de la planta termosolar en el empleo, el ministro respondió que “esperamos que estos proyectos tengan una relación muy cercana con la comunidad, que generen trabajo y bienestar con las personas”.
Cerro Dominador se inauguró hace 10 meses, sumando 110 MW de potencia a los 100 MW de la planta fotovoltaica que ya estaba en funcionamiento en el mismo complejo solar.
El proyecto forma parte del compromiso por fortalecer la industria energética de Chile entregando energía limpia, gestionable y confiable, a través de soluciones innovadoras y sostenibles que aporten energía 24/7 de manera de contribuir a alcanzar la meta de carbono neutralidad y crear un futuro más sostenible.
Este es uno de los principales proyectos de energía tanto en términos de innovación -es la primera planta termosolar de Latinoamérica- como de inversión, ya que alcanzó los 1400 millones de dólares.
El complejo en su conjunto está ayudando a disminuir las emisiones de CO2 en 640.000 toneladas al año, lo que equivale a sacar de circulación a aproximadamente 300 mil automóviles en ese período.
Para el ministro Claudio Huepe, “esta tecnología innovadora, única en Latinoamérica, es un ejemplo concreto de que las energías renovables pueden funcionar de manera permanente.
La planta termosolar cuenta con 10.600 heliostatos, de aproximadamente 140 m2 cada uno, con una superficie total para el campo solar de más de 700 hectáreas. Los heliostatos concentran la radiación solar en un punto, el receptor, ubicado en la parte superior de la torre de 250 metros de altura.
De esta forma, la radiación del sol se emplea para calentar sales fundidas que se utilizan para generar vapor con el que se alimenta una turbina de 110 MW que genera electricidad limpia.
Asimismo, este tipo de planta se ha desarrollado en otros países como España, Estados Unidos, China y Marruecos.