Por: ACSP, APEMEC y Consejo Geo Térmico Asociaciones Gremiales
Fuente: revistaei.cl
La urgencia de mitigar el impacto del cambio climático es global y, dentro de las acciones prioritarias para la comunidad internacional, se encuentra reducir la emisión de gases de efecto invernadero (GEI). En esta situación es de especial relevancia disminuir las emisiones del sector energético, dado que representa el 70% del total de emisiones. No obstante, la transición energética debiera considerar decisiones estratégicas que reconozcan la capacidad de las energías renovables y estables para dar garantías de una matriz eléctrica más verde y segura.
Se estima que Chile cuenta con una capacidad 70 veces mayor a la capacidad instalada actualmente del Sistema Eléctrico Nacional. De hecho, en menos de 10 años se ha logrado superar la cuota de comercialización de 20% exigida por nuestra legislación vigente, alcanzando un 29%. Actualmente, el Congreso discute el proyecto de ley que impulsa la participación de energías renovables en la matriz energética (Boletín 14.755), proponiendo aumentar esta cuota a un 60% para el 2030.
Tenemos un piso sólido desde el cual plantear esta transición y el proyecto de ley avanza en la dirección correcta para lograrlo. Sin embargo, diversos actores han alertado que, al existir una demanda continua de energía y franjas horarias en las que esta es mayor, las energías renovables variables, por sí solas, no darían abasto para este importante desafío, donde resulta urgente que los incentivos regulatorios propendan a incorporar energía renovable costo eficiente, con atributos de inercia y flexibilidad.
El concepto de inercia, que se refiere a la robustez del sistema eléctrico de resistir fluctuaciones en la oferta y la demanda energética y la flexibilidad, radica en la capacidad de entregar energía a toda hora. No considerar estos atributos necesarios para la descarbonización de la matriz implicará retrasar las inversiones requeridas y extender la dependencia en energías contaminantes. Resulta, por lo tanto, clave para que esta iniciativa pueda lograr su propósito lograr focalizar los incentivos requeridos para dotar a nuestro país de una matriz energética sostenible, que sea estable y asegure su adecuado funcionamiento.
Las asociaciones firmantes de la presente columna estamos convencidas de que la ley debe considerar cuotas de energías renovables estables, es decir, aquellas que cuentan con un proceso de generación síncrona que les permite otorgar inercia al sistema, tales como la concentración solar de potencia, hidroelectricidad y geotermia. Dicho porcentaje debe desglosarse y especificarse según las necesidades de inercia requeridas para apoyar la participación de las energías renovables variables. Lo anterior es especialmente relevante en los bloques horarios en que el Sistema Eléctrico Nacional está más exigido.
Así, incentivar la participación de energías renovables estables mediante una cuota de inercia verde que reconozca el reemplazo progresivo de fuentes contaminantes, sobre todo en los horarios más exigidos, no solo evidencia el compromiso de nuestro país con combatir los efectos del cambio climático, sino que también significa garantizar independencia y seguridad verde en la matriz energética.